Doctores que hacen reír
La labor de médicos y profesionales que trabajan en hospitales y centros de salud es muy importante en el tratamiento de los enfermos. Sin embargo, cuando la labor se realiza combinada con el humor, la risa y la libertad de expresión, puede resultar aún más beneficiosa, tanto, que los procedimientos suelen acortarse y permitir una recuperación más rápida.
Carla González C.
Sin duda, la medicina alópata tiene algunos detractores que más que fijarse en los tratamientos que se recetan a los pacientes, reclaman pues el sistema en el cual los profesionales de la salud se desenvuelven no es del todo efectiva, por lo menos en lo que a atención de personas se refiere.
Y es que a pesar de los años, pareciera que la figura de aquel médico vestido de impecable delantal blanco y que camina por los pasillos del hospital inspirando el respeto de los enfermos que los visitan buscando solución a sus padecimientos, no ha variado del todo.
Asimismo, lo poco que dura una consulta combinada con el frío trato que aún muchos galenos conservan y las altas sumas de dinero que los pacientes deben desembolsar (lo que en muchas ocasiones no es sinónimo de recuperación), al parecer pertenecen a la única manera que algunos tienen para proceder en lo que a salud respecta.
Sin embargo, hay quienes hacen la diferencia en pro de los enfermos, a quienes con una sonrisa y un trato más amable pueden incluso adelantar las altas médicas desde un hospital o lograr que la educación en salud sea mucho más provechosa. De esta forma nacen los doctores clown o doctores payasos quienes sin duda son un referente que vale la pena conocer.
Doctor feliz: “somos un ahorro para el estado”
Doctor Feliz es una corporación que se formó en 1999, donde profesionales de la medicina junto a personas que trabajaran en forma voluntaria, tuvieran la intención de ayudar, se unieron en pro de los pacientes hospitalizados para apoyarlos en un mejor proceso de recuperación.
El director de esta agrupación, Alejandro Sáez – más conocido como doctor Hectornudo – cuenta que primero hay que distinguir entre dos personajes que componen este grupo. Para esto explica que están los “clown de hospital, que son actores profesionales o personas ligadas a las artes que se vinculan al lugar y están los doctores clown, donde predomina la parte médica. O sea, somos en cierta forma médicos disfrazados de payasos”, sentencia.
Si bien Alejandro destaca que los doctores clown no necesariamente son profesionales de la salud ni estudiantes en el área, sí son – a través de entrenamientos – perfectamente capaces de apoyar el tratamiento de un paciente y al trabajo de enfermeras y especialistas ligados al centro médico.
Con respecto a las cualidades terapéuticas que posee la risoterapia – donde la corporación dice ser uno de los pioneros en practicarla en Chile – Alejandro comenta que tiene un sinfín de beneficios para los pacientes y que sin duda “necesita un espacio dentro de un hospital”.
Con respecto al mismo tema, el doctor Hectornudo sentencia que “(la risa) no es algo invasivo, otorga un buen estado de ánimo y además le ayuda al médico en su procedimiento, ya que se enfrenta a un paciente mucho más dispuesto y con una mejor voluntad, por lo tanto, el tratamiento será más fácil y más rápido”.
“Si uno lo ve desde la parte económica, le estamos ahorrando harta platita al estado, porque si un paciente está de buen ánimo, también lo estará su familia e incluso el equipo médico, por lo tanto se crea una atmósfera muy grata, el trabajo se hace mucho más expedito y eso conlleva a menos días de cama”, asegura el voluntario.
Para la estudiante de enfermería y miembro activo de Doctor Feliz, Priscila Garrido, el trabajo es “muy enriquecedor y te ayuda a crecer mucho como persona. Ver a los pacientes reír y poder entregarles al mismo tiempo amor y un buen momento es muy gratificante”, asegura.
En cuanto a la forma de proceder, Sáez afirma que como grupo cuentan con tres meses de instrucción, donde en primera instancia se refuerza la capacitación hospitalaria y luego la parte artística y creativa. Luego, se combinan ambas para llevarlas a cabo dentro de los pabellones.
Al respecto, sentencia que “uno entra al hospital y nunca sabe lo que va a pasar. Vamos con todas nuestras ganas, pero sin formarnos expectativas. Un clown nunca puede decir que no y por lo tanto nunca hay que actuar en forma negativa, así es que cantamos bailamos, dibujamos, ¡lo hacemos todo!”, admite.
Actualmente, la corporación Doctor Feliz trabaja con niños y adultos en cuatro hospitales de la capital, donde asisten dos veces a la semana para de alguna manera marcar presencia tanto en el equipo médico como en los enfermos internados, sobre todo en estos últimos, pues el hecho de que los “tomen en serio” ya es un primer paso para lograr una buena relación entre paciente y payaso.
Mediclown: una propuesta de medicina alegre
A pesar de que no se trata de un trabajo voluntario, Mediclown posee una manera particular de entregar medicina alópata que también es digna de destacar, pues traspasa aquella barrera médico – paciente para convertirla en una relación más armónica, donde incluso se integra a la familia completa de quien consulta por alguna patología.
Uno de los impulsores de esta idea, el médico pediatra doctor Fernando Espina, cuenta para Punto Vital que la idea surgió hace unos diez años atrás, pero que lamentablemente el hecho de plantear una forma de hacer medicina distinta a la ya establecida, era considerada “costosa y poco atractiva” y por esa razón tuvieron que recurrir a la formación de este centro pediátrico en forma independiente.
De esta manera, el doctor Espina menciona que se erigió Mediclown bajo ciertos tópicos que tanto él como el equipo de profesionales que forma este espacio, consideran de suma importancia.
Entre ellas, el pediatra sentencia que el lugar donde una mamá lleva a su hijo debe ser cálido, las personas que los reciban tienen que estar tranquilas, escuchar sus necesidades y resolver sus dudas. Además, debe ser un espacio capaz de atender a los demás niños que vayan de acompañantes, para que estos se entretengan en una infraestructura amigable donde algún profesional los cuide mientras los pacientes están dentro de la consulta.
“Mediclown apunta a crear una medicina del payaso – bien entendido – donde la alegría influya en la mejoría de un niño y a su vez genere los espacios de confianza para poder llegar a un buen diagnóstico y tratamiento”, menciona el doctor Fernando Espina.
Otra de las características que se busca cumplir en este espacio es según Espina, “un lugar que no sea tradicional, donde el niño se sienta también en su mundo y pueda jugar dentro de la consulta”. Para lograr este objetivo, sentencia que se debe cumplir con dos requisitos, el primero habla del tiempo de atención, el que debe ser apropiado y “donde haya una cantidad de minutos adecuados para ese niño de acuerdo a su edad”, menciona.
Y el segundo, tiene que ver con el apoyo a los padres en el tema de la crianza de los niños. Al respecto, el médico cuenta que no sólo se trabaja sobre el control sano de la enfermedad, sino que además, “se orienta sobre cómo llevar una buena crianza, cómo se manejan las pataletas, se saca el chupete, etcétera y todo consiste en conversar y conocer acerca de los hábitos que se tienen en la casa”, comenta.
“A los niños hay que entregarles herramientas para que puedan ser felices y no sólo pesarlo y medirlo para saber que está bien. Entonces, Mediclown es un mundo de ideas donde hay que mirar al niño y a su familia, entregando pequeños granitos de arena para que los papás vayan tomando ciertos instrumentos y así poder hacer que sus hijos sean felices en la vida”, concluye el pediatra.