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Relajo acuático

Las sensaciones que entrega el contacto entre el agua y el cuerpo permiten la realización de un sinfín de actividades. El woga es una de ellas y según quienes lo practican, esta terapia “une el placer natural que proporciona el agua a los beneficios del yoga tradicional”.

Carla González C.
Relajo acuático
La oportunidad de realizar actividades acuáticas durante todo el año no sólo tiene que ver con la práctica de ejercicios que potencien la condición física. Armonizar cuerpo y mente e ir en búsqueda de la tan anhelada paz, hacen del woga – o yoga acuático – una disciplina compatible para este tipo de inquietudes.

Para esta terapia, uno de los objetivos principales es lograr el equilibrio a través de la flotación. De esta forma, las posturas o asanas se realizarán dentro del agua con la libertad que entrega este medio, donde la coordinación de movimientos, fortalecimiento y relajación muscular serán la base para un buen desarrollo de los ejercicios.

La profesora de woga, Karin Yanine, comenta que el agua templada entrega al cuerpo un relajo sin igual y al tener una percepción de menor peso, permite que los movimientos pareciesen deslizarse en forma suave reduciendo el impacto sobre las articulaciones. “Aquí no se corre el riesgo de lesiones, ya que las actividades acuáticas tienen la ventaja de reducir el impacto en las articulaciones y la sobrecarga muscular”, sentencia.

Karin menciona además que debido a la poca gravedad que ofrece este medio, “el practicante es obligado a encontrar el equilibrio dentro de su propio cuerpo”. De esta forma, los ejercicios que en su mayoría son adaptaciones del yoga tradicional, son una mezcla de movimientos estáticos, leves y armónicos los que se llevan a cabo con la ayuda de elementos como tubos de buceo y otros accesorios de piscina.

Como la mayoría de los movimientos del woga se realizan mediante la flotación o con los pies en el suelo o apoyados en el borde de la superficie, Yanine afirma que cualquier tipo de agua será bienvenida para esta disciplina. Sin embargo, deja claro que el control de la temperatura – que en este caso debe ser entre los 34 y 36 grados – es tema primordial, pues una baja en ésta podría producir hipotermia.

Para la profesora de esta terapia, lo recomendable es practicar la disciplina dos veces a la semana en sesiones de 45 a 50 minutos y que en cuanto a potenciales alumnos, comenta que para aquellos con afecciones asmáticas y problemas respiratorios en general, el woga está totalmente recomendado: “en el agua se amplía la caja toráxica, lo que hace que la respiración sea más profunda”, manifiesta. "Además, la técnica del yoga acuático trae beneficios a nivel circulatorio y muscular, donde en el primero se incrementa el bombeo de sangre y en el segundo, relaja un ochenta por ciento más a los músculos”.
Dentro de las principales ventajas que Karin Yanine menciona dentro del woga están las relacionadas con la mejoría de las conexiones nerviosas y la armonía del movimiento. Entre ellas, la especialista destaca:

- Evita dolor sobre articulaciones, huesos y músculos.

- Calma la ansiedad.

- Baja los niveles de estrés.

- Desarrolla un mejor nivel de respiración.

- Contribuye a la mejoría de problemas de artrosis, artritis, problemas de columna y otros padecimientos óseos similares.

- Favorece en la recuperación de las articulaciones y músculos que han sufrido lesión.

- Mejora la autoestima, timidez o depresión.

- Regulariza las funciones respiratoria, circulatoria, digestiva y glandular.

- Alivia los males posturales, logrando revertir los vicios del sedentarismo.

- Reduce las tensiones al controlar la ansiedad y el estrés de la vida moderna.

- Beneficio sobre todas las articulaciones del cuerpo, en especial la columna vertebral.

- Estimula el sistema de defensas.

- Controla el sobrepeso por sus efectos sobre el sistema glandular (endocrino).

- Entrega sensación de bienestar físico y emocional.