SALUD

Machis con delantal blanco

Regulan el sistema nervioso, previenen jaquecas y ayudan a eliminar aquella molesta grasa de nuestro organismo. Todos esos beneficios y muchos más los podemos encontrar actualmente en la medicina mapuche, actividad que toma fuerza entre las personas, aún cuando sea incomprendido en ciertos círculos.

Carla González C.
Machis con delantal blanco
Agua purificada y alcohol son los únicos solventes utilizados para diluir hierbas como el boldo, el kulen, el quillay o el paico. Estas plantas son procesadas de tal forma que después de haber sido extraídas de la tierra, llegan hasta un frasco en forma de gotas o ungüentos listos para ser utilizados por quienes deciden tratar sus dolencias de manera alternativa.

El desarrollo y expendio de remedios provenientes del conocimiento ancestral de las comunidades originarias comenzó en 2002. Ese año, se inicia el traspaso de los beneficios de estos productos hacia el resto de la sociedad chilena, con el propósito de entregar un complemento a la salud tratada con los métodos tradicionales. Así, las hierbas utilizadas en este tipo de medicina son todas aquellas que cuentan con principios activos y con efectos terapéuticos, los que incluso son reconocidos por la comunidad científica.

Rodrigo Olivares Cornejo, es Químico Farmacéutico y encargado del desarrollo de los productos MAKELAWEN. Pese a no pertenecer a la etnia mapuche, cuenta que al momento de conocer sobre esta nueva propuesta, le atrajo desde un primer momento el hacerse cargo de esta línea.

En cuanto a la creación de los remedios, Olivares explica que todo comienza con la recolección de las plantas las que posteriormente se transforman en una tintura madre, “ésta se estructura de tal manera que queda libre de efectos secundarios o de reacciones adversas. Así puede ser distribuida y recomendada sin ningún problema nocivo”, agregó.

¿Cómo percibe la evolución e interés por los remedios mapuches durante estos seis años de vida de esta línea de productos?
Muy positivo, empezamos de menos a más, logrando estar en estos momentos ubicados en cuatro puntos de venta en Santiago y dos puntos de venta en regiones (Valparaíso y Concepción), con cada vez mayor grado de interés del público de adquirir nuestros productos.

¿Piensan en una pronta exportación de los productos?
Para exportar nuestros medicamentos necesitamos un laboratorio farmacéutico, así que por el momento estamos enfocando los esfuerzos en seguir desarrollando nuevos productos y lograr abarcar un gran porcentaje del mercado local actual.

Una de las características principales de la medicina mapuche – practicada sólo por machis, autoridad de salud dentro de la comunidad – es la participación directa del paciente y sus familiares durante el proceso curativo. De esta forma el curandero se interioriza acerca de las dolencias del paciente, recurriendo a cantos y rezos específicos para una ceremonia de sanación.

Como a través de un local de venta esto queda obviamente limitado, Rodrigo Olivares cuenta que la mirada holística que se le pueda dar a este tipo de medicación es sumamente importante y que uno de los fines que debe poseer las farmacias que comercializan este tipo de medicamentos es la de entrar en contacto con los pacientes, conociendo de sus padecimientos y buscando juntos una solución a sus dolencias. “Estoy consciente en que patologías como la tuberculosis requieren de antibióticos, pero insistimos que con esto no estamos reemplazando una terapia, sino que estamos complementándola”, menciona enfático.

A través de su experiencia, ¿ha tenido contacto con médicos oficiales detractores de esta medicina?
Claro. Hay médicos muy ortodoxos que no creen o no le tienen fe al poder curativo de las plantas, siendo que las hierbas son el origen de la salud y de los medicamentos en todo el mundo y todas las etnias han buscado bienestar a través de las plantas.

Una mirada oficial

Aunque la arista positiva sea la más visible en el tema de los beneficios de la medicina mapuche, existen sectores de la etnia que se manifiestan reticentes a entregar estos ancestrales conocimientos a través de una farmacia.

La pérdida de la tradición y la utilización de las hierbas en forma procesada son puntos preocupantes para la comunidad araucana y, por otro lado, la pronta regulación por parte de una entidad oficial, es una de las tareas que el Ministerio de Salud se propone mediante políticas de integración e interculturalidad.

La antropóloga y salubrista Margarita Sáez Salgado se desempeña en la Subsecretaría de Salud Pública como encargada del Programa de Salud y Pueblos Indígenas. Como voz autorizada en el tema, la profesional comenta que para el Ministerio de Salud, la medicina mapuche es muy importante y corresponde a una cultura viva en la que el Minsal ha buscado fortalecer en la medida que las comunidades lo requieran.

Sáez resalta que la medicina mapuche “tiene un alto valor por el conocimiento ancestral en cuanto al uso de hierbas medicinales que son parte del patrimonio cultural del país” y es por esto que el ministerio busca lograr, a través de políticas públicas que se están financiando desde el año 2000, la complementariedad entre este sistema y el oficial. “Ahora se están abordando problemas de salud que sólo antes se trabajaban de una manera clásica biomédica”, añade.

Para la antropóloga, la mayor crítica a la comercialización de medicina mapuche es que no está aún regulada por la ley de fármacos y si bien las farmacias pueden funcionar como tales, aún no existe una regulación como la que exige el Estado, lo que crea un conflicto que se espera resolver prontamente.
Actualmente, el catálogo de los productos MAKELAWEN consta de cuarenta y siete ítems. Algunos de los medicamentos más cotizados son:

Trike: regulador del tránsito intestinal.
Firi: fatiga física y mental.
Lenga: dolores en general. Analgésico antiinflamatorio.
Miaya: regulador del sistema nervioso.
Ñilwe: disminuye y previene la jaqueca.
Pila Pila: depresión, falta de ánimo.
Reike: estados gripales en general.
Waltata: regulador de la presión arterial.
Chepen: estimulante del apetito.
Pirkün: activador del metabolismo corporal, favoreciendo la eliminación de grasas.