SALUD

Hipertensión: una amenaza silenciosa

Evitar los factores de riesgo cardiovascular y adoptar una alimentación saludable son pasos fundamentales para controlar la hipertensión arterial.

Equipo Redacción Punto Vital
Hipertensión: una amenaza silenciosa
Surge silenciosa como queriendo aprovecharse de los incautos. No hay síntomas, no hay aviso. Sin una revisión médica es muy poco probable que una persona logre saber que tiene hipertensión arterial. Ahí radica también el peligro de esta enfermedad.

Por eso es importante conocer esta enfermedad y tomar los cuidados necesarios para tratarla. Hoy es posible convivir con la hipertensión, llevar una vida saludable y tener una alimentación adecuada para así evitar complicaciones en el futuro.

¡No hay tiempo que esperar! Actualmente, la hipertensión arterial es una enfermedad cada vez más frecuente en nuestro país, con una prevalencia total cercana al 33% de la población.
El tratamiento de la hipertensión arterial debe abordar principalmente los factores de riesgo cardiovascular que influyen en el aumento de la presión o en la aparición de complicaciones. Entre ellos se cuenta: la alimentación, el hábito de fumar, la obesidad y el consumo de sal.

Aumenta la presión

Marca el ritmo como si fuera el director de una orquesta. Constante, preciso, incansable. Entre 60 y 80 latidos por minuto marca en promedio el corazón, el “director” de cuya labor depende la condición vital del organismo. Sin él, nada funciona. Y es que durante toda una vida, el corazón tendrá que suministrar entre 5 y 6 litros de sangre por minuto para que circule a través del cuerpo.

La presión arterial corresponde a la fuerza con la cual el corazón bombea sangre a través de los vasos.Depende del volumen de sangre que sale del corazón y la resistencia que él encuentra para circular por el organismo.

Es posible medir la presión arterial en dos niveles: sistólica (indica fuerza del corazón) y diastólica (resistencia de las arterias). Así, se considera normal cuando la presión sistólica (máxima) no sobrepasa a 130 y diastólica (mínima) por inferior a 85 mmHg.

Cuando la presión en las arterias es superior a los índices considerados normales (140/90mHg), manteniéndose estable en esa condición, se produce la denominada “hipertensión arterial” o “presión alta”.

Control de presión sanguínea
Sistólica Diastólica
Normal < a 130 < a 85
Normal alta 130 a 139 85 a 89
Alta > 140 > 90
Para ser considerado hipertenso, es preciso que la presión arterial sea alta y permanezca así a lo largo del tiempo. La enfermedad puede permanecer silenciosa por muchos años, por lo que se hace importante realizar exámenes médicos para confirmar su existencia.

En todo caso, la presión alta no es suficiente para ser considerado hipertenso. Depende de nuestra actividad como sueño, actividades físicas, sueño, alimentación, estado emocional, estrés. En algunas actividades, la presión arterial aumenta sin que por ello, su salud se vea afectada.

Aumentos ocasionales de la presión pueden ocurrir con la actividad física, cuadros nerviosos, drogas, ansiedad, alimentos, café, alcohol y el cigarro.

Tratamiento

A pesar de ser una enfermedad crónica, es decir, que dura para toda la vida, es posible a través de un tratamiento médico mantener controlados los niveles de presión arterial.

En caso de que la presión se mantenga elevada, puede ocurrir severos daños en diferentes órganos del cuerpo, que van desde afecciones del corazón, infarto, pérdida de visión, paralización de riñones y derrame, entre otros.

El tratamiento de la hipertensión arterial debe abordar principalmente los factores de riesgo cardiovascular que influyen en el aumento de la presión o en la aparición de complicaciones. Entre ellos se cuenta: la alimentación, el hábito de fumar, la obesidad y el consumo de sal.

También se consideran entre las condiciones desencadenantes de la hipertensión la historia familiar, el aspecto genético, el estrés y las tensiones diarias, la vida sedentaria y el consumo excesivo de alcohol.

¿Cómo controlar la presión arterial?

• Bajando de peso.

• Reduciendo el consumo de sal.

• Haciendo ejercicio.

• Evitando el alcohol y el tabaco.

• Modificando hábitos alimenticios.

• Controlando las situaciones estresantes.

Alimentación saludable

El tipo de alimentación que elijan las personas hipertensas resulta relevante para el tratamiento de su enfermedad. Es así como se recomienda adoptar una alimentación balanceada, baja en calorías, con alto consumo de alimentos ricos en fibras (cereales integrales, frutas, verduras y legumbres).

Es importante reducir el consumo de grasas y aceites de origen animal, prefiriendo aceites vegetales. Además, se deben evitar los azúcares y en lo posible preferir alimentos cocidos al vapor o la plancha.

Aunque el consumo normal de sal para una persona adulta sana no debe superar los 6 grs. al día, en el caso de los hipertensos la recomendación es evitar en lo posible la sal en sus comidas.

A continuación le entregamos algunos consejos útiles a fin de adoptar una alimentación saludable para hipertensos.

Evite los siguientes alimentos que aumentan la presión arterial:

• Alimentos industrializados.

• Enlatados y conservas.

• Manteca, margarina con sal, mayonesa y grasas en general.

• Quesos fuertes deben ser preferentemente evitados.

• Embutidos.

• Chocolate y derivados.

• Pescados secos o ahumados.

• Mostaza, Ketchup, Pickles, aceitunas.

• Café, Té y bebidas gaseosas deben ser reemplazados por infusiones de hierbas, frutas y flores.

• Reduzca o evite consumo de alcohol.

• Evite pasteles, tortas y todo postre con exceso de grasa, coco y cremas.

• Evite alimentos preparados, prefiriendo alimentos bien frescos.

• No se automedique. Sólo utilice fármacos indicados por su médico.

Alimentos que pueden ser consumidos:

• Queso fresco, ricota y cottage.

• Productos light como margarina, queso y yogurt.

• Sopas caseras.

• Pescados, pollo sin piel, carnes magras.

• Productos integrales: pan, cereales, legumbres, arroz.

• Hierbas aromáticas.