Conseguir un título profesional, ser independiente y la única responsable de sus actos; salir de vacaciones y pasar momentos agradables con los amigos son algunas de las razones por las cuales las mujeres en la actualidad postergan ser madres.
El concepto de ‘súper mujer’ se instauró también dentro de nuestro país y lograr ejercer actividades antes sólo reservadas para los hombres es una tarea que muchas representantes del sexo femenino se están tomando muy en serio.
Hace algunos años, ser madre, casarse y formar una familia a los veintitantos era lo común entre las mujeres. El acceso a mayores posiciones dentro de la sociedad permitió que la escala de prioridades cambiara para dar paso a otro tipo de procesos los que sin duda, han atraído a muchas féminas que en la actualidad dejaron atrás el concepto de ‘mujer – madre’, para llevar por un momento más extenso su rol como profesionales.
Para el psicólogo clínico y académico universitario, Juan José Soca Guarnieri, este fenómeno no es tan nuevo como parece y su origen tiene que ver con los avances que han ido construyendo las mujeres que – en el caso de Chile – comenzaron junto con el derecho a sufragio: “esto explicaría un poco la manifestación de la mujer hacia otras prioridades e intereses que ya no son exclusivamente de la maternidad”, manifiesta.
El psicólogo dice que si pensamos en nuestras abuelas, podremos darnos cuenta que en esta especie de sinónimo que se estableció entre mujer y madre, “todo se centraba en función de la casa y de cómo llevar a los niños”, argumenta y explica que esta concepción a su vez “traía sufrimiento porque hay una especie de renuncia a otras cosas que no tenían relación con la maternidad”, completa.
Luego de esta suerte de apertura en la visión femenina, donde las mujeres se dan cuenta de que hay otras actividades más allá de las que existen en el hogar, ocurre un cambio cultural, donde toda la sociedad fue protagonista de la puesta en marcha de una libertad codiciada por años por aquellas que ansiaban caminar por otras vías que les permitieran ganar nuevas competencias, habilidades, conocimientos, etcétera.
Para el especialista, además del cambio cultural, las nuevas tecnologías son también agentes que aportan a llevar una mejor existencia, aumentando con esto las expectativas de vida y las formas en cómo una pareja decida llevar su sexualidad y el proyecto de familia. “La sociedad hoy dispone de mecanismos de protección, amparo y desarrollo”, afirma.
A pesar de la clara disminución en la natalidad infantil que posee Chile en la actualidad, el retraso en concebir hijos es una decisión que atañe a cierto grupo de mujeres, cuya mayoría se encuentra en la categoría de aquellas que poseen estudios universitarios. En esta línea, Juan José Soca apoya diciendo que “el bajo interés por la maternidad todavía no ha alcanzado a todas las capas sociales. En ese sentido, este tema abarca a las mujeres profesionales o que están estudiando una carrera, con cierto nivel cultural y que manifiestan otros intereses, prefiriendo postergar la maternidad en pro de satisfacer otras necesidades y deseos”. |