Escoja usted qué haría con un niño de siete años que actualmente vive en situación de abandono a pesar de vivir con su madre, una mujer joven adicta al crack que constantemente lo deja solo en casa y donde las condiciones de higiene, salud y alimento no son para nada favorables.
- Deja la situación tal como está. Después de todo, un niño debe estar con su madre.
- Lo entrega a un matrimonio que hace poco perdió un embarazo, el trato no es de los mejores y donde el hombre tiene una amante, situación que claramente su mujer aún desconoce.
- Deja todo en manos de la justicia para que ésta coloque al niño en un orfanato. Allí vivirá con muchos niños en su misma situación en medio de condiciones poco favorables y como ya es grande, lo más probable es que nunca lo adopten.
- Lo entrega a un matrimonio bien consolidado, ambos profesionales y de excelente situación económica (tan buena que uno de ellos no necesita trabajar y por ende puede dedicarse 100% al niño), que pueden darle una educación que muchos quisieran y que además lo aman tal como si lo hubiesen gestado ellos mismos.
Antes de que escoja, un dato. La pareja de la alternativa D es homosexual.
Así es el escenario que plantea la película “La otra familia” dirigida por Gustavo Loza, una cinta que trata acerca de cómo un matrimonio homosexual se hace cargo – en un comienzo casi por casualidad – de Hendrix, un niño que de a poco y sin quererlo se va ganando su cariño.
Estrenada en marzo de este año, esta película mexicana no estuvo exenta de polémica, las que incluso fueron comentadas por su director, quien en entrevistas posteriores admitió haber recibido toda clase de amenazas para que la cinta no viera la luz debido a su temática, la que es abordada con tal simpleza que cualquier persona puede inmiscuirse en la historia y desde allí sacar sus propias conclusiones.
“No es una película que te vaya a gustar o no, es una cinta que te hace pensar”, mencionó Loza a un medio de comunicación y aquello es totalmente cierto, pues sea cual sea la postura con la cual el espectador se enfrente a este texto, será casi imposible que la historia no remueva su conciencia, dejando algunos minutos para reflexionar acerca de las oportunidades que el niño (Hendrix) tiene en la vida y de cuál – sinceramente – es la mejor para su desarrollo.