La utilización de sustancias nocivas para el organismo es parte de la rutina de algunas personas, quienes pensando en que su consumo será un estimulante y por ende un plus para su performance, desconocen que sólo se trata de un daño que puede acarrear consecuencias negativas tanto para ella como para su pareja.
Muchos se enfrentan temerosos frente a una relación sexual. Estar a solas con el otro, mostrarse tal cual es y estar permanentemente pensando en el desempeño personal y la satisfacción entregada, es para algunos un gran problema que sólo puede solucionarse con una “ayuda” externa que permita “envalentonarse” y atreverse a tomar la iniciativa.
Es así como las drogas – estimulantes donde también se incluye el alcohol – entran en la relación, pasando a ser parte de un integrante más que no puede estar ausente en cada encuentro. Las personas se muestran desinhibidas, atreviéndose a probar cosas nuevas, el apetito sexual aumenta, haciendo que el deseo sea casi irrefrenable y la vergüenza desaparece para dar paso a la galantería y el coqueteo.
Frente a este tema, el psiquiatra de Clínica Vespucio, doctor Rafael Vizuete Barros comenta que muchas personas necesitan del uso de drogas al momento de intimar, “porque hay ignorancia en el tema, una mala información y una serie de mitos al creer que aumentará la potencia sexual, que habrá mejores sensaciones por los efectos que produce, que potenciará la desinhibición”, entre otros, y es por eso que los consumidores no miden las consecuencias de esta ingesta de sustancias, cosa que para el médico, “ se confunden con placer”.
Entre las drogas más utilizadas y que tienen incluso la etiqueta de ser “milagrosas en la cama”, el doctor Vizuete afirma que están el alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, pasta base y anfetaminas. El por qué de esta elección la explica diciendo que “se cree que de acuerdo al efecto que producen, incidirán en la sexualidad”. Como ejemplo expone a la cocaína, la que describe como un estimulante del sistema nervioso central y que puede provocar “el apetito sexual, pero detrás de la euforia, llegará la depresión y el desencanto”, sentencia. |