La idea es colocar los stiper en forma piramidal sobre la zona del dolor. De esta manera cuenta, “la energía entra en el campo de acción”, provocando reacciones como las antes señaladas, las que además pueden funcionar equilibrando los chacras de la persona.
“Lo bonito de esto es que los terapeutas podemos ayudar a las personas y luego dejarlas libres para que sean ellas mismas quienes lo utilicen”, manifiesta Joyce quien además señala que lo anterior tiene que ver con lo inocuo de los stiper, virtud que podemos aprovechar para reemplazar incluso los medicamentos comprados en una farmacia.
A partir de esto, la terapeuta afirma que uno de los objetivos que tiene la stiperpuntura es además de contribuir en la recuperación de los pacientes, crear conciencia acerca de lo mal que estamos los seres humanos en cuanto a la ingesta indiscriminada de remedios.
“Estamos bombardeados por farmacias y lo que hoy necesitamos es vencer a los medicamentos. Las enfermedades como la depresión no existen, es algo que está en la mente de las personas, entonces mostrarle a la gente eso a través de terapias como ésta es maravilloso”, cuenta.
Por último, la terapeuta comenta que la stiperpuntura podría definirse también como “una terapia muy sutil, amorosa e intensa” que ayuda a que la gente se vuelva más receptiva, logrando en ellas el apaciguamiento de los miedos y la apertura de la conciencia.
Además comenta que es un método que da pie para la unificación del ser humano en todos sus ámbitos (cuerpo, mente y espíritu) y que no se trata de algo mágico, sino solamente “es otro tipo de medicación”. |