Según su experiencia, Patricia Eing afirma que si bien el matwork puede ser practicado por cualquier persona, es mucho mejor tener contacto con este tipo de Pilates después de haber pasado por la experiencia de las máquinas, pues puede ocurrir que personas que no tengan regular actividad física o que no conozcan cómo utilizar adecuadamente su musculatura, corran el riesgo de lesionarse u ocupar zonas del cuerpo inapropiadas para los tipos de ejercicios que se proponen.
Para una primera etapa, Eing dice que los ejercicios de Mat pueden resultar “muy perjudiciales” si se realiza por ejemplo, un abdominal mal hecho, donde podría producirse “un tremendo dolor lumbar”. Esto, menciona la instructora, “es lo que ocurre muchas veces en los gimnasios, donde al ser mayor el costo de las máquinas, tienen Pilates en el suelo. Con los resortes me ayudo, focalizo y junto con la respiración adecuada puedo hacer un buen ejercicio”, asevera.
Por su parte, el profesor de educación física e instructor de Pilates Qi (www.pilatesqi.cl), Rodrigo Abett de la Torre Díaz, concuerda con lo expuesto por la profesora de Laurus, resaltando que el matwork además de ser una actividad de menor costo, es una de las disciplinas que suelen ofrecerse en los gimnasios.
Para el profesor, lo negativo de esto es que el número de alumnos que conforma los cursos es muy grande, por lo que se pierde el carácter personalizado que tiene este trabajo, dejando de lado la preocupación por cada alumno. “Es una clase grupal con objetivos comunes, pero no puede ser dictada con tantas personas, pues todas tienen un ritmo diferente de trabajo”, sentencia.
“El matwork es efectivo, seguro, ayuda en la elongación, tonificación y fortalecimiento de los músculos. Es muy entretenido y desafiante, sobre todo cuando se incorporan a la práctica accesorios como balones, bandas elásticas, barril bajo, roll up, círculos mágicos, etcétera”, comenta. |