Los movimientos provenientes de las antiguas culturas tienen que ver en su mayoría con rituales realizados por los aborígenes para colocarse en directa relación con la naturaleza. De esta forma, danzas por la fertilidad, la cosecha y petición de fuerza para los trabajadores, son algunas de las que se conocen y que actualmente son parte de encuentros donde se enseña acerca de estos movimientos.
Edel Deleris Baier, es profesora de danza afro e imparte actualmente cursos en el estudio de danza de Francisca García. La maestra uruguaya desempeña sus clases en torno a las danzas de Guinea, una de las tantas ramificaciones de los bailes africanos. A partir de su experiencia comenta que este tipo de bailes potencia en primer lugar el contacto con la tierra, con las raíces y que la labor de la música (que en sus clases se realiza en vivo), “es importantísima para entrar en el mundo de esta disciplina”.
La exigencia que coloca la danza afro en sus movimientos, que según Edel Deleris son en su mayoría rápidos, “están totalmente relacionados con el sonido del tambor”, afirma y continúa diciendo que este instrumento “es la base musical rítmica y además el que dibuja los movimientos que uno hace como bailarín. Trabajar con el tambor en vivo también da fuerza y la idea es sentir con todo el cuerpo”, comenta.
Este tipo de danza sin duda, es una muy buena manera para estar en forma. No obstante, la ayuda que puede entregar para otro tipo de falencias, también es destacable. La profesora sentencia al respecto que “(la danza afro) tonifica mucho, pero además ayuda un montón, ya que realmente te desconecta de tus cosas, tal como una especie de terapia antiestrés”, concluye.
La desconexión de la que habla Deleris Baier tiene que ver con la fuerte concentración que se necesita para ejercitar la danza afro. “Para coordinar brazos y piernas necesitas a veces de un buen razonamiento para que resulte. Ese requerimiento de concentración hace dejar a un lado tu otro mundo, el que está en la calle. Aquí, te conectas con el mundo de la danza y el tambor”, manifiesta.
En cuanto a otro tipo de exigencias – que tienen que ver con los requisitos que se necesitan para practicar esta danza – Edel cuenta que el afro puede ser practicado por todo aquel que desee hacerlo y que según su experiencia, las personas llegan en busca de “una instancia entretenida que les sirva para estar bien con su cuerpo y que no se parezca en nada a un gimnasio”.
Lo anterior se suma a las pocas contraindicaciones que existen para bailar este ritmo. En esta línea, la profesora sostiene que así como en toda actividad física, es importante que las personas que posean alguna enfermedad o dolencia, visiten al médico antes de someterse a las clases, “tengo una alumna con escoliosis y otra con problemas a la rodilla y no han tenido problemas. Depende de la persona, pero es mejor que antes de ejercitarse, se visite a un médico”, recomienda. |