Respiraciones, "movimientos estáticos", estiramientos, ejercicios de meditación, automasajes, son elementos propios de esta antigua técnica que se orienta a alcanzar el bienestar integral de las personas, de manera progresiva. Quienes cultivan el Chi Kung aseguran que, junto con mejorar la condición física, ganan en capacidad de concentración y relajación. También se dice que es una herramienta muy eficaz para una longevidad saludable.
Estar todo el día mal sentado, o en posiciones incómodas, hace que nuestro cuerpo se acostumbre a los hábitos posturales perniciosos.
"De esta manera, el sistema nervioso se adecúa y prefiere mantener esas posiciones (por ejemplo, espalda curvada, brazos mal apoyados), porque es lo más normal para él. La mala postura hace que los músculos y ligamentos trabajen en exceso para mantener erguido el cuerpo durante el día", explica el Ricardo Fernández, kinesiólogo y preparador físico.
Estos vicios posturales hacen que, con el tiempo, los músculos, ligamentos y cartílagos empiecen a sufrir la incorrecta distribución del peso y se debilitan, dando paso a lesiones, contracturas y procesos degenerativos.
Así, el fundamento del Chi Kung viene de una realidad física: la fuerza de gravedad, por la cual toda la materia va naturalmente hacia abajo.
El peso humano no es una excepción, el único momento en que se opone a esta regla es cuando está rígido. Tensar las extremidades, y sostenerse en contra de la gravedad, sirve para contrarrestar esa fuerza invisible que nos enraiza a la tierra. Con ello, se está entrenando la energía natural que relaciona al ser humano con su modo habitual de desplazarse. |