CUERPO Y MENTE

No puedo más… ¡estoy estresada!

Me estoy mudando de casa, estoy al frente de un nuevo proyecto laboral, cada día viajo 45 minutos en micro para llegar a la oficina, me gusta tener la casa impecable, he de sacar tiempo para ir al gimnasio, cocinar, leer y hablar con mi esposo, tengo tres hijos a los que necesito dedicar más horas, mi mamá necesita que pase más tiempo con ella… ¡Ahhhh, estoy estresada! Pero… ¿Qué es realmente estar estresado, cuáles son los síntomas, cómo controlarlo?

Katherine Julio Ramírez *
No puedo más… ¡estoy estresada!
El estrés es una reacción física y mental del individuo generada por la necesidad de adaptarse a los cambios de su medio ambiente. De esta manera, su comportamiento se esfuerza por adecuarse a las presiones internas y externas con el fin de seguir funcionando. Su sistema nervioso se predispone inmediatamente a la acción física y su cuerpo vierte hormonas en la sangre. Su frecuencia cardiaca y su presión arterial aumentan, lo que va unido a una respiración acelerada, una elevada tensión muscular y una rápida alimentación de energía. Pero “estar estresado” no siempre es malo.

En dosis adecuadas el estrés es necesario para estimular nuestra salud y motivarnos a ser productivos. Las características de la fase del estrés positivo son vitalidad, optimismo, mayor resistencia física y vivacidad. Sin embargo, bajo los efectos prolongados del estrés nuestro cuerpo se desequilibra debido a que diversas funciones se aceleran inútilmente. Las tendencias en la fase del estrés negativo son cansancio, irritabilidad, falta de concentración y pesimismo.
“Detectar a tiempo que se sufre de estrés y hacer algo al respecto es muy importante, ya que se ha demostrado que el estrés prolongado o severo debilita el sistema inmunológico, acelera la pérdida de calcio en los huesos, presiona al corazón, daña las células de la memoria en el cerebro y deposita grasa en la cintura, en lugar de en las caderas y glúteos -lo que es un factor de riesgo para padecer males cardíacos, cáncer y otras enfermedades-“
¿Qué factores pueden provocar estrés negativo?
Estos son algunos de los factores que pueden llevar a una persona a sufrir estrés negativo: • Falta de tiempo

• Expectativas exageradas

• Responsabilidades excesivas

• Escasa convivencia familiar

• La nicotina del tabaco, que provoca la liberación de las llamadas "hormonas del estrés" (adrenalina y cortisol)

• Ruido excesivo y/o persistente

• Una baja autoestima

• El miedo que provoca una preocupación excesiva

• La indecisión crónica

• Congestiones viales y largos recorridos en las carreteras

• Cambios bruscos de temperatura

• Dificultades para dormir bien

• Una alimentación inadecuada
¿Cómo sé si estoy estresado?
Lo más importante para poder combatir el estrés es reconocer que se está bajo estrés y que eso está afectando su comportamiento. Para ello es necesario prestar atención a las señales de alarma que todos tenemos cuando estamos estresados.

Suelen presentarse manifestaciones físicas como sensación de sueño o insomnio, dolores de cabeza, fatiga, irritabilidad, sensación de inquietud o tensión constante, dolores musculares crónicos, problemas digestivos, etc.

También es importante observar nuestro comportamiento con los demás, ya que, las peleas o discusiones frecuentes, falta de comunicación, rabia constante, falta de paciencia o una mayor tendencia a criticar a los demás son síntomas claros de una presencia de estrés negativo.

En algunos casos pueden llegar a aparecer problemas más graves como abuso de drogas o alcohol, depresión o abuso físico.

Detectar a tiempo que se sufre de estrés y hacer algo al respecto es muy importante, ya que se ha demostrado que el estrés prolongado o severo debilita el sistema inmunológico, acelera la pérdida de calcio en los huesos, presiona al corazón, daña las células de la memoria en el cerebro y deposita grasa en la cintura, en lugar de en las caderas y glúteos (lo que es un factor de riesgo para padecer males cardíacos, cáncer y otras enfermedades). Se ha comprobado también que el estrés está involucrado en el envejecimiento, la depresión, los males cardíacos, la artritis reumatoide y la diabetes, entre otros males.
¿Qué puedo hacer para combatir el estrés?
Una vez identificado el estrés, tan importante es llevar a cabo ciertos cambios en nuestra forma de vida como buscar ayuda profesional que nos ayude a canalizar nuestras energías y a poner freno a ese estrés.

En cuanto a los cambios vitales, es útil establecer prioridades claras, delegar responsabilidades, aprender a decir NO a los compromisos que no se pueden cumplir, hacer bien y pronto lo que se puede hacer y olvidarse por completo de lo que no se puede, asumiendo los grandes retos como secuencias de pequeños pasos.

Además, existen formas de contrarrestar los efectos nocivos del estrés, como el ejercicio físico regular y las técnicas de relajación.

El ejercicio habitual es especialmente útil, pues proporciona una forma de escape para la agresividad y la tensión, mejora el funcionamiento cardiovascular y genera un estado placentero de relajación después de cada práctica.

La relajación es conveniente para aliviar el estado de tensión muscular que se da inconscientemente cuando se padece estrés: los músculos, especialmente cervicales (de la nuca) y lumbares (de la cintura), se contraen de forma prolongada y generan dolor. Este dolor produce incomodidad y dificulta el desempeño de las tareas, generando más estrés.
Abordaje psicoterapéutico del estrés
Es importante mejorar los hábitos del individuo estresado a través del establecimiento de una alimentación adecuada, la realización de ejercicio físico moderado (que debe ser incorporado a la rutina diaria en forma gradual y progresiva), la mantención de ritmos de sueño adecuados, la incorporación de actividades recreativas y la disminución gradual y sostenida de las adicciones.

Sin embargo, resulta también imprescindible abordar el estrés desde el punto de vista terapéutico, por lo que es recomendable que se visite a un psicólogo experto en el tema.

El tratamiento profesional del estrés suele incluir, entre otras cosas, la enseñanza de las denominadas "técnicas de atención" -métodos para ayudar al sujeto afectado a resolver sus reacciones fisiológicas y psicológicas, con estrategias para reducir el estrés-. Consiste en hacer ejercicios de relajación, auto-entrenamiento, bioretroestimulación, ejercicios respiratorios, mejora de la autoestima, meditación, e incluso, yoga.

De forma complementaria se enseña al paciente el uso de estrategias para la administración y manejo del tiempo, la priorización de los problemas, el desarrollo de las capacidades de planeación, las diversas técnicas de negociación existentes, la ejercitación de habilidades para la toma de decisiones y la solución de conflictos, la implementación de conductas asertivas y el desarrollo de mejores relaciones humanas en general.

* Katherine Julio Ramírez es Psicóloga Clínica, especialista en Psicodiagnóstico, Neuropsicología y Psicoterapeuta de Orientación Cognitivo Post Racionalista. Forma parte del Grupo Neuroredes, especializado en salud mental integral.